PLEGARIA.
Llorando se ha quedado la guitarra
después, de que te marchaste por el río,.
y sin mirar al norte desapareciste
quedandome solo sin amor estremecido.
No sabes los dolores que he sufrido,
ni la angustia que abraza mi garganta
secándose mis ojos que no lloran
en mi cuerpo que se quena en el olvido.
No quiero recordar las horas que he perdido
en las noches de desvelo que he tenido,
para después entregarme a la bebida,
al abandono, y al odio que lacera mis sentidos.
Ya no suenan los violines en el cuarto azul donde vivimos,
y las cuerdas de la guitarra ya se han roto, desgarrado
mi corazón por la pasión, y el dolor estremecido
que sin quererlo tu noche tras noche he padecido.
Yo llenare de sueños ese vacío que dejaste,
con mis ardientes besos en tus oidos
susurandote canciones ,sin lamentos
arrodillado y rogándote que regreses amor mio.
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