La Universidad de
la Habana, junto con la Escuela de Medicina,
cerraron sus puertas después del Asalto al Cuartel Moncada, llevado a cabo por
Fidel Castro y un grupo de simpatizantes del 26 de julio, la acción se llevo a cabo para derrotar al dictador Fulgencio Batista .El
grupo de jóvenes que atacaron el cuartel estaban
convencidos de que con este
asalto, iban a liberar a Cuba, de la represión
a los que estaban sometidos. Se escogió ese día, por ser un domingo de Carnaval,
fiesta a la que siempre acudían muchos jóvenes, de toda la Isla y por ese hecho, no
llamarían la atención de las autoridades. El ataque se llevo a cabo en la
madrugada y rápidamente se corrió las noticias por toda la Isla.
Ese día se
celebra la festividad de Santa Ana, madre de la virgen María,
según el calendario católico y mi madre quería comprarle a mi abuela un balance,
para que pudiera ver la televisión lo más cómoda posible, ya que padecía de muchos dolores, tanto en las piernas
como en la cadera, por la maldita
artritis que estaba acabando con su vida. Habíamos visto en una mueblería de la
calle Salud, uno que parecía muy cómodo y como era bastante ligero para ella ,así
lo podía mover sin mucho esfuerzo.
Estaba hecho con una buena madera y nos aseguraron que era resistente al comején. El precio,
estaba de acuerdo a nuestro presupuesto y sin pensarlo mucho lo compramos. De regreso a casa, la abuela Amelia, nos dijo que se había enterado por la
radio, de lo que había sucedido en Santiago de Cuba. Frente a este hecho, la
dictadura reacciono con una brutal represión. Se decreto el estado de sitio en
Santiago y con la consiguiente
suspensión de la garantía constitucional en todo el territorio nacional.
Cuando cerraron
la Escuela de Medicina, estaba cursando
el quinto año de la carrera y luego de pensarlo mucho, mis padres, decidieron
enviarme a Madrid para que terminara los
años que me faltaban, que eran dos, de
los sietes necesarios para graduarse.
Escogimos a España por dos razones fundamentales: la primera por
el Idioma, y la segunda, por el
prestigio que tenía la escuela de
medicina de ese país. El Idioma facilitaba
hacer todos los trámites necesarios, certificado de notas y el papeleo que se requieren para matricularse. Preparamos todos los documentos
y requisitos necesarios para la inscripción y para la convalidación de las asignaturas
aprobadas, en los años cursados.
Viajamos en Barco, en lugar de por avión porque que era más económico el pasaje
y mis padres eran una
familia de clase media. Arribamos
al puerto de Vigo, después de una travesía de 29 días o 30, no recuerdo bien. En este viaje me acompaño un amigo, estudiante de la misma carrera.
Llégamos a España y era ya de noche cuando
arribamos al Puerto y fue
necesario hospedarnos, en un hotel para dormir
y al otro día partir hacia Madrid. Nos levantamos temprano, me bañé y desayune. Luego, con mi compañero de viaje,
marchamos a la estación de trenes, “la RENFE” para hacer el viaje.Como primera sorpresa de esta singular aventura, nos enteramos que bañarse con agua caliente, si así se lo deseabas, había que abonar una cuota, de
dos pesetas, porque solamente el agua fría es gratis. Era ya otoño y en esta
región la temperatura es bastante baja
para los caribeños.
El viaje desde
Vigo a Madrid el ferrocarril, atraviesa
toda la llanura Castellana y desde la ventanilla podía contemplar
los inmensos campos de trigo, empinados cipreses como grandes gigantes, álamos
de robusto troncos y pequeños villorrios. No hizo parada alguna, durante la travesía,
que yo recuerde y si fue alguna, llegamos a tiempo a Madrid. Habíamos hecha una reservación previa en una pensión, que se
encontraba muy cerca de la Facultad, en la calle Márquez de Cuba, No 23,
quinto piso B. La propietaria de la pensión se llamaba: Doña Pilar, dueña
de esta, una mujer mayor de 60, casada con un español muy aficionado a las corridas de toro. A los pocos meses de están viviendo allí, sacamos
entradas para asistir a la plaza de:” Las Ventas”, y poder ver una corrida. Fuimos con un compañero de la pensión también cubano
llamado Manolo, estudiante de
medicina el cual, una vez después que termino la carrera, se marcho a Cuba. Posteriormente, me entere que lo
habían nombrado director del Hospital Comandante Fajardo. El espectáculo
fue una grandiosa Fiesta Taurina y aunque confieso que no me gusta este tipo de
evento por el maltrato a los animales,
pienso que es algo que merece ser visto
donde se disfruta, la música la marcha
del torero, la presentación de los que van a participar ese día, la gran cantidad de público sentado en las gradas, y todo el adorno de la
plaza engalanada, en la cual se va a realizar la corrida. Elogios no faltan
para toda la cuadrilla y sobre todo, al
Torero personaje principal de este espectáculo. En esta ocasión durante el
intermedio pudimos ver a la gran bailadora y cantante “Conchita Piquer’.
La antigua
facultad de medicina de Madrid, hoy día
esta remozada totalmente y está ocupada por el Museo de la Reina Sofía. En el se encuentra el cuadro “Guernica” del
pintor español, Picasso. Los domingos solía dar un paseo por la Gran Vía.Casi
siempre tomaba una caña de cerveza con una tapa de gambas al ajillo y de paso
aprovechaba para lustrarme los zapatos. En una ocasión el limpiabotas que lo hacía, me
dijo en muy buen tono: Sr. por favor puede Ud. sentase mejor porque así como esta,
tiene el culo muy bajo. Pensé que eso, era una grosería, pero después me explicaron, que esta palabra es de uso frecuente en España, no significa
una ofensa
El edificio donde
se encontraba la pensión tenía un
ascensor que te llevaba del primer piso hasta el quinto piso donde vivía. Era
una jaula metálica, muy estrecha donde apenas
cabían dos personas. Leímos que con frecuencia dichos ascensores caían
bruscamente ,matándose las persona que estaban dentro. Esto lo pudimos
comprobar durante una clase de Anatomía ,el cadáver que se encontraba en la práctica
de esta asignatura era precisamente de un accidentado en un ascensor.Cuando
regrese a la casa utilice las escaleras. En esta escuela madrileña tuve
excelentes maestros, uno de ello fue, el
Profesor Mira y López.
Terminada la
carrera regrese a mi país, pero la Facultad de Ciencias Medica de la Habana, aun continuaba cerrada.
Marche entonces a los Estados Unidos para, poder ejercer
la misma. Después de pasar unos meses en Cuba y haber escrito a varios
hospitales norteamericanos, solicitando trabajo. Recibí respuestas de varios,ofreciéndome
un internado de un año. Seleccione el
Columbus Hospital de Chicago, porque en esa ciudad residían varios
amigos del Colegio de Belén. Aprendí mucho en el hospital y todo lo que me
enseñaron y durante mi estancia en
él será otra historia que luego se las contaré mas adelante.