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martes, 1 de abril de 2014

UNA NUEVA ESCUELA DE MEDICINA.

 

La Universidad de la Habana, junto con  la Escuela de Medicina, cerraron sus puertas después del Asalto al Cuartel Moncada, llevado a cabo por Fidel Castro y un grupo de simpatizantes del 26 de julio, la acción se llevo a cabo  para derrotar al dictador Fulgencio Batista .El grupo de jóvenes que atacaron el cuartel  estaban  convencidos de  que con este asalto, iban a liberar a Cuba, de la represión  a los que estaban sometidos. Se escogió ese día, por ser un domingo de Carnaval, fiesta a la que siempre acudían muchos jóvenes, de toda la Isla y por ese hecho, no llamarían la atención de las autoridades. El ataque se llevo a cabo en la madrugada y rápidamente se corrió las noticias por toda la Isla.
Ese día se celebra  la festividad  de Santa Ana, madre de la virgen María, según el calendario católico y mi madre quería comprarle a mi abuela un balance, para que pudiera ver la televisión lo más cómoda posible, ya que  padecía de muchos dolores, tanto en las piernas  como en la cadera, por la maldita artritis que estaba acabando con su vida. Habíamos visto en una mueblería de la calle Salud, uno que parecía muy cómodo y como era bastante ligero para ella ,así lo podía mover sin mucho esfuerzo. Estaba hecho con una buena madera y nos aseguraron  que era resistente al comején. El precio, estaba de acuerdo a nuestro presupuesto y sin pensarlo mucho  lo compramos. De regreso a casa, la abuela  Amelia, nos dijo que se había enterado por la radio, de lo que había sucedido en Santiago de Cuba. Frente a este hecho, la dictadura reacciono con una brutal represión. Se decreto el estado de sitio en Santiago y con la consiguiente  suspensión de la garantía constitucional en todo el territorio nacional.
Cuando cerraron la Escuela de Medicina,  estaba cursando el quinto año de la carrera y luego de   pensarlo mucho, mis padres, decidieron enviarme a Madrid para  que terminara los años que me faltaban, que  eran dos, de los sietes  necesarios para graduarse.
Escogimos a  España  por dos razones fundamentales: la primera por el Idioma,  y la segunda, por el prestigio que tenía  la escuela de medicina de ese país.  El Idioma facilitaba hacer todos los trámites necesarios, certificado de notas y el papeleo que se  requieren  para matricularse. Preparamos todos los documentos y requisitos necesarios para la inscripción y para la convalidación de las asignaturas aprobadas,  en  los años cursados.
Viajamos en Barco, en lugar de por  avión porque que era más económico el pasaje y  mis padres eran  una  familia  de clase media. Arribamos al puerto de Vigo, después de una travesía de 29 días o 30,  no recuerdo bien. En este viaje me acompaño  un amigo, estudiante de la misma carrera. Llégamos a España y  era ya de noche cuando arribamos al Puerto  y  fue necesario hospedarnos, en un hotel para dormir  y  al otro día partir hacia Madrid. Nos  levantamos temprano, me bañé  y desayune. Luego, con mi compañero de viaje, marchamos a la estación de trenes, “la RENFE” para hacer el viaje.Como primera sorpresa de esta singular aventura, nos enteramos que  bañarse con agua caliente, si así  se lo deseabas, había que abonar una cuota, de dos pesetas, porque solamente el agua fría es gratis. Era ya otoño y en esta región  la temperatura es bastante baja para los caribeños.
El viaje desde Vigo a Madrid el ferrocarril, atraviesa toda la llanura Castellana y desde la ventanilla  podía  contemplar los inmensos campos de trigo, empinados cipreses como grandes gigantes, álamos de robusto troncos y pequeños villorrios. No hizo parada alguna, durante la travesía, que yo recuerde y si fue alguna, llegamos a tiempo a  Madrid. Habíamos hecha  una reservación previa en una pensión, que se encontraba  muy cerca de la  Facultad, en la calle Márquez de Cuba, No 23, quinto piso B. La propietaria de la pensión se llamaba: Doña Pilar, dueña de esta, una mujer mayor  de 60, casada con un español  muy  aficionado a las corridas de toro. A  los pocos meses de están viviendo allí, sacamos  entradas para asistir a la plaza  de:” Las Ventas”, y poder ver  una corrida.  Fuimos  con un compañero de la pensión también cubano llamado Manolo,  estudiante de medicina  el cual, una vez  después que termino  la carrera, se marcho  a Cuba. Posteriormente, me entere que lo habían nombrado  director del Hospital Comandante Fajardo. El espectáculo fue una grandiosa Fiesta Taurina y aunque confieso que no me gusta este tipo de evento  por el maltrato a los animales, pienso  que es algo que merece ser visto donde se disfruta, la música  la marcha del torero, la presentación de los que van a participar ese día, la  gran cantidad de público  sentado en las gradas, y todo el adorno de la plaza engalanada, en la  cual se va  a realizar la corrida. Elogios no faltan para toda  la cuadrilla y sobre todo, al Torero personaje principal de este espectáculo. En esta ocasión durante el intermedio pudimos ver a la gran bailadora y cantante “Conchita Piquer’.
La antigua facultad de medicina de Madrid, hoy  día esta remozada totalmente y está ocupada por el Museo de la Reina Sofía.  En el se encuentra el cuadro “Guernica” del pintor español, Picasso. Los domingos solía dar un paseo por la Gran Vía.Casi siempre tomaba una caña de cerveza con una tapa de gambas al ajillo y de paso aprovechaba para  lustrarme los zapatos.  En una ocasión el limpiabotas que lo hacía, me dijo en muy buen tono: Sr. por favor puede Ud. sentase mejor porque así como esta, tiene el culo muy bajo. Pensé que eso, era una  grosería, pero  después  me explicaron, que esta palabra  es de uso frecuente en España, no significa una ofensa
El edificio donde se encontraba la pensión  tenía un ascensor que te llevaba del primer piso hasta el quinto piso donde vivía. Era una jaula metálica,  muy estrecha donde apenas cabían dos personas. Leímos que con frecuencia dichos ascensores caían bruscamente ,matándose las persona que estaban dentro. Esto lo pudimos comprobar durante una clase de Anatomía ,el cadáver que se encontraba en la práctica de esta asignatura era precisamente de un accidentado en un ascensor.Cuando regrese a la casa utilice las escaleras. En esta escuela madrileña tuve excelentes  maestros, uno de ello fue, el Profesor Mira y López.
Terminada la carrera regrese a mi país, pero la Facultad de Ciencias  Medica de la Habana, aun continuaba cerrada. Marche entonces a los Estados  Unidos  para, poder  ejercer  la misma. Después de pasar unos meses en Cuba y haber escrito a varios hospitales norteamericanos, solicitando trabajo. Recibí respuestas de varios,ofreciéndome un internado  de un año. Seleccione  el  Columbus Hospital de Chicago, porque en esa ciudad residían varios amigos del  Colegio de Belén. Aprendí  mucho en el hospital y todo lo que me enseñaron y  durante mi estancia en él  será otra historia que luego se las contaré mas adelante. 

        

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