Sale al tablao a bailar
con su vestido de
cola,
para deleite de
todos
la bailarina
española.
Con castañuela y mantilla
y zapatos de tacones
esta preciosa
chiquilla,
zapatea los
tablones.
Todos los mozos han llegado
de los pueblos más
cercanos
contándole a la
bailadora
sus amoríos
gitanos.
Josúe dice que es divina,
y Rafael el torero
le regala una
mantilla
y un racimo, de
romero.
Todos brindan, todos cantan
a la bella
sevillana,
que se puesto la
mantilla
en su cuerpo de
gitana.
Olé, olé se escucha
en la taberna
moruna.
brindemos con un
jerez,
¡que como tú, no
hay ninguna!.
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