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lunes, 23 de junio de 2014

PARA DESGRACIARME LA VIDA.

 
Esa frase quedo  grabada, como si la hubiesen escogido para siempre a la hora de  disfrutar de un postre durante  una cena  de Navidad en casa de los Fernández de Oca.
Sentados a la mesa, la familia conversaba acerca de los temas mas candentes en eso momentos por los recientes disturbios que sucedían en toda la isla después de la entrada en la Habana, de los rebeldes  recién llegados de la Sierra. Mientras Esteban, el padre de familia, que presidia la mesa encendía un puro, comentaba que la situación con los Estados Unidos cada día, se iba a complicar más, ahora después de la explosión del barco,” Le Coubre” en el puerto de la Habana.  Él Sr. Fernández no era un político y jamás en su vida había pensado serlo, pero llevados por los sucesos que se desarrollan en el país, con una rapidez extraordinaria, le exigían que no se descuidara de ellos y se mantuviera al tanto de todo lo político que estaba aconteciendo.
Isabelle estaba recién casada con Rafael, el hijo mayor  de la familia y contemplo durante breves segundos una bandeja llena de dulces finos que habían comprado para ese día, en una famosa pastelería , del  Vedado en la calle Línea llamada“Karla”, famosa por este tipo de golosinas de la cocina francesa. Soñando en la exquisitez de un eclair, tomo uno y se lo llevo a la boca, y pensó,- esto es para desgraciarme la vida-, porque voy a engordar.
Isabelle se había educado en el colegio de las Dominicas Francesas y tenía una predilección por todo lo relacionado  con Francia: los perfumes, la moda, la cocina, y hasta los castillos  del  Loire. Su padre Ricardo  Antonio Torres, era un rico comerciante que tuvo grandes almacenes de víveres cerca del puerto de la Habana,  a un costado de  la Lonja de Comercio y  por eso tenía, un refinado gusto por todo lo  que fuera comestible. Sensata, educada y pulcra como una  princesa de  cuentos de hada, había disfrutado de un paseo por el río del Loire, y entre todos los castillos que visitó con sus padres cuando era niña, en un viaje  a Francia, prefería  el Castillo  d’Useè’ porqué según cuentan, en dicho lugar se inspiro  el autor  del cuento la Bella Durmiente. Por supuesto después que triunfo la revolución cubana a Don Ricardo Antonio Torres lo “siquitrillaron “, le partieron la siquiatrilla  como decían en  Cuba, cuando le quitaron todos los bienes, a las personas que no colaboraban con la revolución comunista.
Don Ricardo,  nacido en Cuba de padres Mallorquines, había heredado una gran fortuna de estos que a fuerza de trabajo y sudor ,como dicen los cubanos, “comiéndose el millo”.Era un hombre elegante de buena figura, exageradamente aseado, gustaba de vestir trajes de “Dril Cien”  o guayaberas en los calurosos veranos de la isla que se multiplicaba  más frecuentes que los conejos. Su colonia preferida era por supuesto de la marca, Guerlain, de exótica fragancia acitronada.
Siempre tuvo la idea, dé brindarle una buena educación a su hija. Por el día la dejaba en la Universidad  y tres veces a la semana, en la Alianza Francesa para perfeccionar  el Idioma de Víctor Hugo.
A Isabelle le sobraban razones para hacer dieta ya que las francesas eran mujeres sumamente delgadas, pero se diferenciaba de ellas en mucha cosas;  sobre todo en el aseo, por ser ella igualita a  u padre, muy exigente en estas costumbres de limpieza , mientas  que las hijas de Francia, no jugaban   frecuentemente a  la ducha.  Mucho perfume y lavados de gatos, sobre todo en  los orificios naturales.
Gustaba en las tardes de salir a pasear sobre todo por por el malecón, y contemplar los atardeceres donde las nubes se tiñen  con  un colorido tan singular y apropiado, que muchos pintores han tratado de copiarlo  en sus cuadros, cuando los rayos solares se filtran a través de  las nubes y queda presos de ellas dándoles un color fascinante.
Un aire fresco le acaricio los cabellos, que Isabelle cuidaba con gran esmero en manos de un célebre estilista francés que se había formado en  la escuela” L’Oreal de Paris”. Comenzó a recodar un libro que había visto en la Alianza, con pinturas de Corot, y algo que le llamo la atención muy especial, fue un cuadro del pintor- <Mujer con una perla>, sobre todo por la postura tan singular de esta dama.Lo que más le gustaba de las pinturas de este maestro, era su refinada elegancia y los paisajes pintados al aire libre,  con personajes mitológicos,ninfas y no con vulgares campesinos.
Cuando conoció a Rafael en la escuela donde estudiaba Francés,  le impresionó mucho,  por ser un joven inteligente que tenia facilidad para los idiomas,  pero muy reservado en cuanto a sus orígenes y amistades, pero con el tiempo  pudo conocer que los  Fernández  de Oca,  era una familia de clase media, afines con el gobierno tiránico,  que se había instalado en la Isla.Le causo sorpresa conocer esta historia,  pero el amor  como un poderoso elixir  sagrado  borra la cosa mas  increíbles, con el tiempo.
Terminaron las clases  y obtuvo un titulo que la habilitaba como traductora oficial para los eventos científicos y políticos que se realizaban, tanto en  Cuba, como en el extranjero y se apunto en una lista, para que la llamaran cuando  existía la necesidad de traductores.
En el cine de la Rampa anunciaban un día la película, Hiroshima Mon Amour, que había obtenido premio en el festival de Cannes de 1959. La película trata sobre el amor de una pareja. Ella una actriz francesa y  él  un arquitecto japonés que se abrazaban en una habitación,lo que luego resulto ser un amor imposible. Isabelle salió muy emocionada del cine, y por primera vez, se dio cuenta de lo difícil que era ,la vida para dos seres que se aman y  son  atrapados en un mundo de terribles incomprensiones y criterios políticos distintos.
Comenzaban en Cuba  las persecuciones a disidentes que no estaban de acuerdo con la revolución de Fidel y muchas familias que no comulgaban con los criterios de los Castros, comenzaron a desintegrarse y mandar a sus hijos al extranjero. Ya no se trataba solamente de parejas  las que no podían lograr sus objetivos;  era además la desintegración absoluta, de muchas familias, que no contentas con lo que pasaba, tuvieron que emigrar a otros países.Isabelle se entero por la  prensa que los llamaban “gusanos”, contrarrevolucionarios, y el mayor dolor de ellos era la separación de sus hijos.
Mediante la operación, Peter Pan, una maniobra coordinada entre el Gobierno de los Estados Unidos, la Iglesia Católica y los cubanos que se encontraban ya en el exilio, fueron más de 14,000 niños los que fueron llevados de Cuba a los Estados Unidos.
Con un sabor de amargo en el alma y lágrimas en sus ojos, Isabelle le pareció increíble el gran sufrimiento de estos padres y en sus rezos le pidió al Señor, que los protegieras de cualquier daño.
Ella nunca tuvo hijos, pero no por eso, descocía los sufrimientos de las madres cubanas. Se apunto en unas clases,  de cocina que impartía en el Lyceum, donde aprendió a elaborar muchos platos típicos, de la cocina cubana tales como: Arroz con pollo, Crema de Queso, Papas Gratinadas, Jamón con piña, ensalada de pollo, buñuelos  de yuca y malanga y otros más; que desde luego, ella era la primera en no comerlos, para no aumentar, unas libritas qué, mas tarde  tendría que rebajar a base de ejercicios  y dieta. Muchos de ellos, iban a parar  a una familia vecina, que había sido abandonada por el padre y que más tarde, murió peleando en la Sierra Maestra. Ana María quedo viuda con cuatro  hijos, que eran cuatro querubines e Isabelle comenzó a darle clases de francés, para que aprendieran otro idioma.
Héctor, Matías y Pedro se llevaban dos años cada uno. Él mayor de 10 anos, es rubio como una pelusa del maíz, con unos ojos grises, que según su madre los heredo de su abuelo, y  una sonrisa picara como un pilluelo de circo y muy expresiva. Le seguía Matías nombre tomado de la Biblia, con la estaba muy acostumbrada su madre porque apenas se levantaba, comenzaba a leerla, mientras su hijo Matías se mostraba siempre dulce, afable con ella y un poco melancólico cuando le hablaba de su padre, pero muy inteligente, y aprendía muy rápido. Cuando llegaba, Isabelle a las clases por la mañana, era el primero en saludarla en Francés:”Bon tour, maître.
Por ultimo Pedro, nombrado así por San Pedro”, fuerte como un como un torito y pícaro como un duende, siempre repetía, que cuando fuera grande iba a ser boxeador.Finalmente la encantadora Esmeralda,que el color de los ojos verdes como su madre, de solo cuatro añitos y que apenas estaba comenzando a conocer el alfabeto.
Las clases las ilustraban con el Libro, <El principito >, dé Saint –Exupery, pero ella  tenía pensado que cuando fueran más grandes,  los iba a inscribir en la escuela de la Alianza Francesa, para que perfeccionaran la pronunciación del idioma, según fueran creciendo.
Llego el doloroso día de la despedida, porque a Isabelle la habían contratado,en España donde trabajaría, en una editora, traduciendo los libros del español al francés. Este sería por tres años prorrogable a dos años más y terminados estos, regresaría a su patria. Cuando regreso, con Rafael, lo primero que hizo fue, ir a visitar a sus alumnos, con los cuales se había carteado con ellos  durante todo el tiempo que estuvo fuera de su país, y cuál no sería su sorpresa al saber que Héctor era el primero en la escuela y  Matias se había ganado un premio, con una poseía, que escribió para un concurso en  celebración por el día de las madres.
Muchos fueron los reconocimientos por su magnifico trabajo en diferentes eventos de la Isla, y ahora ocupa un puesto importante como traductora en la ONU. Y en su mesa de trabajo hay una placa con la siguiente inscripción.Traductora bilingüe.”Para ganarse la vida”, que le regalo Matías.    


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