Mi madre, se
llamaba María Josefa Franchy Alfaro y Díaz de la Cuesta, dos apellidos compuestos, el primero de origen francés y el
segundo español específicamente canario,
pero todo el mundo la conocían como Josefina o por su apodo de “Fifí. Era un mujer muy dulce, algo achinada, de regular estatura y
sobre todo muy simpática y ocurrente.
Estudio la enseñanza primaria en una Escuela de Monjas, donde estuvo becada hasta cumplir los 14 años. Estudio Taquigrafía y Mecanografía graduándose con notas excelentes en la academia Profesional del Comercio de Cuba, situada en la Manzana de Gómez. En este lugar conoció a mi padre y después de un corto noviazgo se casaron. Ambos se fueron a vivir, con mi abuela por parte de padre, a una inmensa casa situada la barriada de de Jesús del Monte, en la calle Correa numero 113.Esta residencia, tenía dos plantas y mis padres ocupaban una inmensa habitación, en el segundo piso de la casa, que tenía dos grandes puertas las cuales se abrían a una terraza. Todos los años para celebrar la fiesta de los Reyes Magos, escribía unos versos que después de aprenderlos de memoria, recitábamos en una pequeña reunión familiar que hacía mi abuela. Me acuerdo de una de ellas en la que recitamos unos versos que decían así: Oye una cosa mi negro, donde tú piensas cenar? porque en casa de abuelita la podemos celebrar, y después donde tu vas? cuando tomes ese ron y te comas el lechón, de esta fiesta tan singular?, Pues lo haremos muy solitos en la casa de mama y si tus cantas Cachita bailaremos de verdad. Esto lo recitábamos a dúo, mi prima Mercedita y yo. Mi madre nos pintaba la cara como si fuese un negrito y a mi prima como una mulata .Previamente nos había confeccionados uno trajes para este pequeño sainete! Cuanto nos divertíamos!.
Estudio la enseñanza primaria en una Escuela de Monjas, donde estuvo becada hasta cumplir los 14 años. Estudio Taquigrafía y Mecanografía graduándose con notas excelentes en la academia Profesional del Comercio de Cuba, situada en la Manzana de Gómez. En este lugar conoció a mi padre y después de un corto noviazgo se casaron. Ambos se fueron a vivir, con mi abuela por parte de padre, a una inmensa casa situada la barriada de de Jesús del Monte, en la calle Correa numero 113.Esta residencia, tenía dos plantas y mis padres ocupaban una inmensa habitación, en el segundo piso de la casa, que tenía dos grandes puertas las cuales se abrían a una terraza. Todos los años para celebrar la fiesta de los Reyes Magos, escribía unos versos que después de aprenderlos de memoria, recitábamos en una pequeña reunión familiar que hacía mi abuela. Me acuerdo de una de ellas en la que recitamos unos versos que decían así: Oye una cosa mi negro, donde tú piensas cenar? porque en casa de abuelita la podemos celebrar, y después donde tu vas? cuando tomes ese ron y te comas el lechón, de esta fiesta tan singular?, Pues lo haremos muy solitos en la casa de mama y si tus cantas Cachita bailaremos de verdad. Esto lo recitábamos a dúo, mi prima Mercedita y yo. Mi madre nos pintaba la cara como si fuese un negrito y a mi prima como una mulata .Previamente nos había confeccionados uno trajes para este pequeño sainete! Cuanto nos divertíamos!.
La canción de Cachita aun se escucha en
la radio y en la televisión y dice más
o menos así. Óyeme cachita tengo una
rumbita pa que tú la bailes como bailo yo, muchacha bonita`, mi dulce cachita este son caliente es mejor que
el ron. Mira como suenan ya de gusto las maracas y el de los timbales
ya se quiere alborotar……..etc. etc.
Fuimos creciendo
y en la medida que lo hacíamos mi madre
cuidadosa de que tuviera una buena educación nos inscribió, en Las Escuelas Pías
de la Víbora, que estaba a unas tres
cuadras de la casa y en ella curse el primer grado, para luego, continuar, después
en el colegio de Belén, cuando nos
mudamos para la Calzada de Columbia en Marianao.
Terminados mis
estudios de bachillerato, me inscribí
en la Facultad de Medicina, para estudiar la carrera de médico, pero la tuve que terminar en España, después que
cerraron facultad, a raíz del Asalto al Cuartel
Moncada.
Por razones de
dinero y que no se podía ejercer en Cuba
la profesión, me marche a
los Estados Unidos.Al cabo de algunos
meses regrese a la Isla, y mi madre
vivía en ese tiempo en un apartamento junto con mi padre donde cuidaban a un nieto, hijo
de mi hermano menor. Tenia muchos amigos que la visitaban, entre ellos el
Joven Tiant, que después se convirtió en un pelotero famoso.
Era una excelente cocinera, hacia un arroz con pollo que siempre lo servía, acompañado con una ensalada de tomate y lechuga y frituritas de malanga. Aprendí con ella a cocinar algunos platos. Cuando hacia Natilla, la planchaba, a la que previamente había rociado con azúcar.
Era una excelente cocinera, hacia un arroz con pollo que siempre lo servía, acompañado con una ensalada de tomate y lechuga y frituritas de malanga. Aprendí con ella a cocinar algunos platos. Cuando hacia Natilla, la planchaba, a la que previamente había rociado con azúcar.
Una vez se
enfermo de los nervios, le entro una tristeza que enturbiaba su cara y sus
achinados ojos. Las razones de esta, nunca las supimos. Pensamos, que fue producto
de tanto estrés que se vivía en Cuba. Escases de todo, falta de las cosas más elementales para
vivir. Le pusieron tratamiento y se recupero totalmente. Tenía unas canas
preciosas, abundantes cabellos, y se sentaba en un butacón amarillo en la sala,
para ver la televisión. Durante años sufrió de una ulcera varicosa en una
pierna, producto de una flebitis que tuvo; felizmente se le cerró con la aplicación
de un spray de antibiótico, que se le ponía dos veces al día, después de las curas.
Falleció, por una
insuficiencia cardiaca a la edad de 85 años, una semana después del día de las
madres. Tuve la gran suerte de compartir con ella ese día, junto a sus nietos.
Mi padre ya había muerto. Que descanse
en Paz mi querida madre. Guardo con mucho cariño ,una medallita de la Caridad
del Cobre, que siempre la tenía en una cadenita en su cuello y en mi corazón
toda la ternura y el cariño que siempre me dio.
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